Ferguson monta en cólera. Buena señal

Ferguson es un tipo muy competente, que ha construido un gran Manchester United. Pero tiene un defecto: de cuando en cuando entra en autocombustión, y entonces grita, lanza improperios y pierde crédito. Sus jugadores le llaman 'el secador de pelo' por la energía con que sale aire caliente de su boca cuando les grita. A veces va más allá. En un enfado con Beckham, le dio una patada a una bota que salió despedida contra la ceja del jugador. (Victoria aprovechó para ponerle un par de puntos de diseño y peinarle para atrás. No pierde ocasión para explotar la imagen de su chico).

Ahora está hecho una furia con el Madrid. Su razón tiene, no se la quitemos, porque el Madrid quiere llevarse a Cristiano Ronaldo, como se llevó antes a Beckham o a Van Nistelrooy. Se enfada demasiado, eso sí, dado que la pretensión del Madrid de hacerse con el jugador es tan legítima como la suya de retenerlo. Pero si se enfada tanto, hay que verlo como una buena señal para el Madrid. Si no viera posibilidades en la operación, trataría a Mijatovic y a Calderón de ilusos chalados y tendería a ridiculizarlos. Si se enfada tanto es porque los ve como enemigos. No se fía de cómo pueda acabar esto.

Porque Cristiano Ronaldo abona el run-rún. Ha llegado a Portugal diciendo que decidirá el 7 de junio, es decir, cuando empiece la Eurocopa. Lo mismo que les decíamos aquí ayer. Es el límite que el Madrid y el jugador se han puesto. Estamos, pues ante dos semanas de negociación, con el Madrid dispuesto a echar el resto y Ferguson hecho una furia. Nada es todavía seguro, salvo una cosa: hay partido. Y yo ni siquiera estoy convencido de si para el Madrid es bueno o no ganarlo. De si es mejor Cristiano Ronaldo o Huntelaar y Hleb y seguir el camino de una reconstrucción progresiva, como hasta ahora.

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