Villar está tensando demasiado la cuerda

En vísperas del España-Italia en Elche hay cierto revuelo en el fútbol español. Ya saben: el CSD dictó una orden ministerial por la que las federaciones de deportes no clasificados para los JJ OO de Pekín deberían convocar elecciones dentro del primer trimestre del año. La de fútbol no está clasificada, pero tiene fase final de la Eurocopa, que para el caso es lo mismo. Villar podría pedir un aplazamiento y convocarlas para después del verano, cuando se cumplan sus cuatro años. Pero no quiere. Considera que la orden pretendía desplazarle antes de tiempo y se ha declarado en insumisión.

Cuenta para eso con el apoyo de la FIFA y la UEFA, de donde nos llega la amenaza de excluir a España de las competiciones internacionales si Villar es inhabilitado, como procedería, por incumplir esta orden. Blatter ha amenazado con ello, Platini le respalda, como se ha visto en el caso de Albania, expulsada por un caso similar. La gente se pregunta si es posible tal enormidad, y se responde, en general, que no. Yo no quisiera comprobarlo. Quisiera que Villar solicitara el aplazamiento, en consideración a que hay fase final de la Eurocopa, en la seguridad de que le sería concedido.

Pero Villar no quiere. Pretexta que las normas FIFA le impiden considerar en absoluto esa orden ministerial. Eso se contradice con su decisión de recurrir la orden en la Audiencia Nacional donde, por cierto, perdió. Al recurrirla, la consideró, es evidente. Pues igual que fue a la Justicia (para perder) podría pedir el aplazamiento, que sabe que le sería concedido. Pero no. Quiere llevar a Lissavetzky al precipicio y para complicar más el asunto ha improvisado un nuevo reglamento electoral extravagante e inaceptable. Al empezar el asunto le asistía, para mí, la razón. Pero ahora actúa con muy mala fe.

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