El Barça a cuatro... y el Villarreal a seis

Más problemas para el Madrid. Novena derrota del año: dos en Copa, dos en Champions y cinco en Liga, que son quince puntos al limbo. Y en medio de ese desierto, una victoria por siete a cero. "Es mejor perder un partido por nueve goles que nueve partidos por un gol", dijo Boskov tras perder por esa cantidad en un amistoso en Múnich. Pensé lo inverso el día del siete a cero al Valladolid. Pensé que quizá el Madrid estaba gastando demasiados goles juntos, y que le harían mejor servicio más repartidos. No de aquella manera, como tromba y riada en medio de una sequía, cosa que soluciona muy poco.

Ayer mismo no quisieron entrar los goles que con tanta facilidad entraron ante el Valladolid y el resultado es otra derrota. Castigo quizá a su primer tiempo, frío y absurdo. Castigo a sus despistes defensivos, entre los que destacó el ridículo penalti de Cannavaro. Castigo a la alineación de Baptista, en desprecio de Higuaín, y castigo al punto de mira averiado de este, tan buen jugador y tan negado ante el marco. Y mérito del Valencia, que supo sacar provecho a los instantes propicios. El fútbol es sobre todo un juego de instantes, en el que las ocasiones son fugaces y hay que atraparlas. El Valencia las atrapó.

Total, el Barça otra vez a cuatro puntos. Botella medio llena o medio vacía, según se mire. Recién eliminado de la Copa, el Barça tiene ahora otro motivo para animarse, porque está otra vez a una distancia prudencial. Y, por cierto, el Villarreal está a seis. En la jornada 21 perdió en el Bernabéu, y de allí salió a quince puntos del Madrid y a seis del Barça. Ahora está a seis y a dos, respectivamente. Con esta velocidad de crucero de los tres, no se le puede descartar. Madrid y Barça, Barça y Madrid, van pisando huevos. El Villarreal pisa terreno seguro. Me empieza a parecer que la bomba es posible.

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