Calderón, técnico con personalidad
Cuando le tengo en la Tertulia de El Faro recuerdo a su padre, don Antonio Calderón, ilustre médico gaditano y grandísimo cadista. Con el paso de los años su hijo es el entrenador del Cádiz C.F. y también rezuma una gran personalidad. Le veo seguro, claro, y conciso en sus manifestaciones. El sabe el contrato que firmó en su momento y consciente de que es el responsable de la plantilla a quien primero se despide si las cosas no salen. Sin embargo, Calderón confía, y mucho, en sus posibilidades. Defiende a sus jugadores como nadie y les apoya en los buenos y los malos momentos. Comedido en sus palabras y sin alzar la voz, deja claro lo difícil que es trabajar un vestuario y contentar a todos. Tiene claro que la unión entre él y sus futbolistas es el único camino para aprobar la asignatura. En Cádiz, dos buenos resultados lo cambian todo. Si al triunfo de la pasada jornada se le une otro en Córdoba somos los mejores del mundo. Calderón pasó de ser malo ante el Salamanca al mejor tras ganar al Alavés. Debe entenderlo, esto es Cádiz.
Este sábado en el Arcángel otro partido que marcará el futuro de los cadistas, a corto plazo cuando menos. Una victoria significará abarrotar el Carranza para recibir al Castellón pletóricos de optimismo. Una derrota servirá a los derrotistas para aferrarse a aquello de "todos a la calle". Pues ni una cosa ni la otra. Esto es fútbol, y cuando las cosas no salen es cuando más recuerdo las nueve horribles temporadas que vivimos en la Segunda B de nuestro fútbol.