Cuando sólo se ofrecen resultados...

Había perdido el Sevilla la víspera en Zaragoza. Dejando una magnífica imagen, pero había perdido. El Barça, mermadísimo, se quedó en el empate en Getafe, y con suerte. El Madrid tenía su gran oportunidad frente a un Depor en refundación, que está pasando sus peores momentos desde que, tantos años atrás ya, consiguió reinstalarse en Primera. Pero a la hora de la verdad, el Madrid se derrumbó. Caparrós consiguió inflamar al grupo, al conjuro de la presencia del Madrid, que siempre provoca estos efectos. Y funcionó. Sobre todo, porque lo de enfrente fue una pura y constante confusión.

Lo escribía aquí en la víspera: ¿para qué veintiuno en la expedición, si sólo pueden vestirse dieciocho? Capello ha entrado en dudas y se le nota. Su modelo de doble pivote acorazando a un Cannavaro inseguro ha ido saliendo adelante fuera, pero en el Bernabéu no. "Estamos perdiendo la Liga en casa", dijo hace poco. El fútbol de emboscada que practica fuera no le vale en el Bernabéu. Ya estaba empezando a cambiarlo (de ahí el enfado de Diarra) y ahora, con los refuerzos, más cambio aún. Pero cambio a ciegas, cambio por corazonadas, cambio sin convicción. Y eso lo notan los jugadores.

Se veía en la propia convocatoria, con hombres de más, que habría que descartar. Como se ven las componendas: Marcelo no sale para no tener que dejar fuera a Salgado o a Cannavaro. Raúl juega de extremo, con tal que juegue. A Ronaldo le busca la salida, pero no se decide a dejarlo fuera. Cosas que los jugadores notan. El sargento flaquea, piensan, luego sálvese quien pueda. Y no se salva nadie, porque ahora, además de no haber equipo, tampoco hay las estrellas que veíamos hasta hace nada. Con Capello se han invertido cien millones, en busca de resultados. Y cuando sólo se ofrece eso y no los hay...

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