Raúl y el papel de meritorio correturnos

Falta Guti y se anuncia que Raúl hará su papel. Raúl es el correturnos de este equipo, y ese destino, impropio de su categoría pero que él asume con la disciplina y la entrega que le caracterizan, revela la descompensación de este equipo, de esta plantilla. El gusto de Capello por el fútbol que le gusta le impelió a pedir los fichajes de Emerson y Diarra y a descuidar la presencia de jugadores de creación en el grupo. Tanto la descuidó que quedó sólo Guti, convertido en objetivo de las faltas de los rivales, en imprescindible para el equipo, en única llave para poner en marcha el motor del Madrid.

Pero estaba con Raúl. Los dos pivotes de quite y pierna fuerte (el capricho de Capello) más la necesidad de Guti, empujaron a Raúl a la derecha, que no es su sitio. "Tengo que encontrarle sitio a Guti", dijo Capello en entrevista en este periódico pero en realidad estaba diciendo que tenía que encontrarle sitio a Raúl. Se lo encontró a la derecha, lo que no resulta bueno para nadie. A Raúl no le lucen sus virtudes (salvo la del trabajo, que siempre emerge), al equipo le falta un extremo y a Capello se le va autoridad por ahí, porque varios jugadores ven lo evidente y piensan que le pone porque no se atreve a quitarle.

Pero el daño no es Raúl, el daño es el doble pivote. Emerson o Diarra, sólo uno, con Guti al lado, Raúl de segunda punta y Beckham o Reyes a la derecha. Ese sería el equipo. Y en la plantilla, un buen suplente para las ausencias de Guti. Pero en su diseño Capello no pensó en eso, y ahora resulta que si no está Guti al que le toca la manija es a Raúl, otra vez en el papel de meritorio correturnos, otra vez en una tarea (la salida, el toque, la pausa) que no es la suya. Raúl es segundo delantero y disimular con su sobreexplotación la mala confección de la plantilla es hacerse trampas en los solitarios.

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