Aquellos viejos ídolos, hoy juguetes rotos

Hace cuarenta años Manolo Summers estrenó una película de impacto: 'Juguetes rotos'. Recogía el malvivir de viejas leyendas españolas, entre ellas Gorostiza y Paulino Uzcudun. Extremo izquierda aquél, que triunfó a caballo de la Guerra Civil, primero, y sobre todo, en el Athletic de Bilbao, y luego en el Valencia; y boxeador el otro, boxeador de los pesos pesados, recio púgil de Régil, Vizcaya, explorador del turbio y tentador mundillo del box americano, en tiempos de Primo Carnera y Max Schmelling, otros europeos al salto del Madison. No fue campeón del mundo, pero hizo fama y fortuna.

'Juguetes rotos' explicaba cómo el paso del tiempo los había ido arrinconando en la pobreza y en el olvido. También a Nicanor Villalta, célebre torero aragonés, y a alguna otra celebridad de la época. Leyendo el relato de Alejandro Delmás de su encuentro con Joe Frazier me ha venido aquello a la memoria. Joe Frazier llegó a parar este planeta en sus memorables combates con Alí y con George Foreman. Ahora malvive en el altillo de un gimnasio en Filadelfia. En el piso de arriba tiene su catre. En el de abajo enseña a muchachos sin ningún futuro, que se agarran como náufragos a otro náufrago.

En el duro relato sobrenada la dignidad del viejo héroe. Una punta de aprovechados se enriqueció a cuenta de sus golpes, el fisco se llevó lo demás, hoy no le sobra nada, pero sigue siendo dueño de su destino. Dio posibilidades a sus once hijos, presume de muchos nietos y se gana la vida con una humildad decente, ofreciendo su experiencia y su compañía a quienes requieren de ella. Foreman vende parrillas, Alí exhibe su prestigio callado desde la presión del Parkinson, Frazier sale adelante explicando la ciencia del jab. El tiempo trató de arrinconarlos, pero los tres están vivos. Y pelean, pelean, pelean...

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