Villar es un irresponsable, pero Luis no

¿Y qué hacemos ahora con la Selección? Tengo un amigo un poco chusco que hace tiempo que reclama una iniciativa parlamentaria para suprimirla: "Bastante tiene este viejo país con lo que tiene como para sufrir cada dos años un berrinche en una fase final de la Eurocopa o un Mundial", es su argumento. Sólo que ahora no es un berrinche cada dos años, sino casi un berrinche al mes. Desde el Mundial, seis partidos, con tres derrotas. Y aquello de Puyol y Xavi Hernández, y lo de Raúl, y la encerrona de la Nueva Condomina, y lo de Luis dimitiendo y desdimitiendo, con connotaciones y todo, y lo de Joaquín.

Una sucesión de pequeños desastres que, juntos, constituyen un gran desastre, una especie de desastre continuado del que no terminamos de curarnos. Ya sé que este país no tiene hoy muy grandes futbolistas. Buenos sí, pero ninguno de verdad excelente, de esos que contribuyen a darle seguridad o un tono superior a un equipo. Pero por eso mismo necesitamos al frente un hombre capaz de arrastrar por liderazgo e ilusión al grupo, capaz de renovar un ambiente mohíno y desilusionado. Luis afirma que aún se cree capaz. Muchos queremos creerlo, pero cada vez es más difícil darle la razón.

No es una derrota, más o menos casual, como todas, ante Rumanía. Es un declive evidente, es la forma en que se va convirtiendo en certeza aquella sensación de que Luis ha perdido el control sobre el asunto. ¿Para qué prolongar esta agonía? Más que nunca, nuestro fútbol va por dos lados: una Liga potente, que inunda de equipos las fases finales de las competiciones europeas, que las gana incluso, que arrastra y apasiona, y una selección mortecina, que esperamos con aprensión, que sufrimos, que nos duele. Ya sé que Villar es un irresponsable. Pero Luis no debería serlo. Debería ahorrarnos esto.

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