Platini propone un cambio profundo

Platini se presenta contra Johansson a la presidencia de la UEFA. Anteayer ratificaba sus ideas (ya conocidas) en entrevista concedida en estas páginas a Quique Iglesias: pretende un tirón de riendas del fútbol, que encuentra demasiado desbocado por la pendiente del profesionalismo. Frente al fútbol de hoy, cada vez más acaparado por las grandes ligas, las grandes sumas, las grandes firmas comerciales y los intermediarios aprovechados, propone un modelo más romántico. O más arcaico, según a quién se le pregunte. Un fútbol en el que el G-14 no contaría, y en el que sus pretensiones caerían en saco roto.

Platini, por ejemplo, no ve justo que los campeones de los países pobres no acudan a la Champions. Es partidario de dar entrada a todos (como era en la vieja Copa de Europa) y rebajar la presencia de las grandes ligas. En nuestro caso, en vez de cuatro irían tres. ¿Sería uno de esos el campeón de Copa?. Posiblemente sí, dada su forma de pensar. Y todo su mandato iría teñido de un esfuerzo por potenciar las escuelas de fútbol, dificultar la circulación de jugadores de unos países a otros, estimular la utilización del futbolista autóctono, intentar que el buen trabajo de cantera cuente más que el dinero.

Hace años que la UEFA vive esta pugna. El gran brazo derecho de Johanson, Gerd Aigner, alcanzó un compromiso con las grandes ligas. Con él llegaron la Champions y los grandes ingresos televisivos. Pero el G-14, pidiendo más y más, acabó por hartarle. Se retiró, se casó con una chica joven y se fue a dar la vuelta al mundo en barco. Él era una posibilidad de equilibrio que se rompió. Platini propone ahora un tirón de riendas malo para las grandes ligas y bueno para la Europa pobre. Johansson tiene un enemigo serio, porque trae una idea. Él lo que tiene es dinero, que también da votos. ¿Bastará?