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El motivo no debe ser su ausencia

Nunca es positivo hablar de la dependencia de un equipo en un sólo jugador. Quizás, eso que se refería de lobosdependencia sólo terminó siendo un factor más psicológico que otra cosa. Es cierto que, después de un comienzo arrasador, el equipo ha experimentado un bajón en cuanto a juego y resultados que ha dado que pensar en todos los foros, pero no se puede achacar a la ausencia de un único futbolista todos los males de esta racha. Es evidente que la reaparición de Lobos supone una alternativa de peso para dar una vuelta de tuerca más al ataque del equipo, aparte de un fuerte respiro a Oli, que parece ya nunca dejará de estar cuestionado, al menos a medio plazo. No sería la primera vez que el regreso de uno de los puntales de una plantilla revitalice al resto.

Ya lo sufrió el Betis con las continuas lesiones de Alfonso, o el propio Barça ahora con la ausencia de Eto?o. Si bien la pasada temporada el fichaje de Lobos supuso un revulsivo en la andadura del Cádiz en Primera, esta nueva puesta en escena del argentino tras una larga espera debe servir para que la última victoria ante el Numancia tenga su continuidad para conseguir una dinámica ganadora que aúpe al equipo a los puestos altos de la tabla. Seguramente, si Lobos reaparece ante el Sporting, como así se espera, acuse la falta de ritmo competitivo, o el olfato goleador de la pretemporada, pero tan sólo su presencia sobre el campo debe ser aprovechada por los demás para buscar nuevas vías. Al final será verdad que el fútbol es un estado de ánimo.