Beckham y la cuadratura del círculo

Calderón querría renovar a Beckham, cuestión que está sobre la mesa, porque termina contrato en junio. Eso significa no sólo que desde enero puede recibir y escuchar lícitamente propuestas, sino que empezará a tener prisa y a preocuparse por su equipo (que es la ciudad para su familia, y el colegio para sus hijos) a partir del verano próximo. El caso es que Beckham sigue siendo interesante para el Madrid... desde el punto de vista comercial. A la hora de negociar con las 'adidas' o las 'siemens' del mundo, tener a Beckham es importante. Pero ¿y en el campo? En el campo resulta que no juega.

Florentino hizo un proyecto orientado a garantizar grandes ingresos, mediante sus fichajes galácticos. Pero se le descompuso porque no encontró entrenador que gestionara bien tanto talento, ni él dio facilidades para ello, porque desarticuló la autoridad del club en beneficio de los caprichos de sus megaestrellas. Ahora Calderón quiere empezar por otro lado (entrenador fuerte y firme) pero salvando el objetivo central de Florentino: un sólido sistema para allegar recursos por marketing, recursos que permitan al Madrid competir con los 'berlusconis' y 'abramovichs' que manejan los clubes de la competencia.

El caso Beckham es la primera piedra en el camino. Calderón no va a imponer (ni a sugerir) su alineación, pero, ¿podrá conservarlo si no juega? Y si se queda y no juega, ¿seguirá teniendo, convertido en gris suplente, el mismo valor como reclamo comercial? Y lo mismo puede pasar, pronto o tarde, con Ronaldo, según van transcurriendo las cosas. Florentino fichó a Figo, Ronaldo, Zidane y Beckham. Capello llegó con Cannavaro, Emerson, Van Nistelrooy y Diarra. Su oferta es la eficacia espartana. ¿Cómo aunar eso con el viejo sueño marketiniano? Esa cuadratura del círculo es el gran desafío de Calderón.

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