Hay siete billetes para viajar a Europa...

Lo decía anteayer Aguirre: hay siete billetes para viajar a Europa, y uno de ellos es el título de Copa. Siempre he pensado que debería dar derecho a viajar en primera clase, en vagón Champions, no en vagón UEFA. Algún día será así, algún día viviremos la lógica de que a la Champions League vayan, antes que ningún otro, los campeones. Es decir, el de Liga y el de Copa. Cuando eso llegue, los grandes se esmerarán en esta competición, que volverá a tener el rango que tuvo, el que merece, porque ofrece otro fútbol, sin aplazamientos, más emocionante. Es un poco tonto que nos privemos de eso.

Pero mientras, al menos da uno de los siete billetes para Europa, como bien dijo Aguirre. Para el Madrid es otra cosa más apetecible: uno de los tres billetes a Cibeles, y el más sencillo de adquirir. Tres años sin título son una eternidad para el Madrid, que está obligado ante todo, sí, a pelear por la Champions y por la Liga (y, en el peor de los casos, a ganar plaza Champions) pero que puede buscar en la Copa su regreso a Cibeles. Valga como reflexión para algún galáctico que torció el morro cuando le anunciaron que viajaba a Écija. Pues la Copa empieza ahí, y la ambición es que acabe en Cibeles.

Y es bonita la ilusión de Écija ante la visita del Madrid, muy lleno de meritorios en la parte de atrás, pero con cuatro jugadores descomunales arriba: Beckham, Cassano, Reyes y Ronaldo. La Copa trae esto, la socialización de las estrellas, que se alejan de los grandes escenarios de Europa, o de los habituales campos de Primera, para pisar territorios donde su presencia es un acontecimiento inolvidable. Madrid en Écija, Barça en Badalona, Sevilla en Segovia, Valencia en El Puerto de Santa María, la tierra de Joaquín... Un hermoso carrusel de ilusión, que dejará recuerdo por muchos años. Es la Copa. Me gusta.

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