A Capello se le ha cortado la mayonesa

Confieso que no me esperaba esto. La llegada de Capello anunciaba un periodo de reconstrucción, quizá necesario en la coyuntura que el Madrid atravesaba. Por eso Calderón se dejó convencer fácilmente para elegirle, por encima de la primera idea, que fue Schuster. De Capello ya se sabía lo que podía venir: fuerza, disciplina, cautelas defensivas, seguridad atrás y pocas ocasiones de gol, ya con el rival desgastado. Resultados sin encanto. Y un cambio en las conductas de la plantilla, parte de la cual se abandonó en exceso, y se deslizó por la peligrosa pendiente de la dolce vita y el dolce farniente.

Bueno, pues el aburrimiento se ha cumplido, pero lo otro no. El equipo no ataca y dispara poco, pero tampoco es enérgico en la presión, ni rápido en el contraataque, ni seguro en el área propia. Y lo peor es que con los cincuenta días famosos ha ido a menos. Algo se ha roto, algo no mezcla, la mayonesa se ha cortado. El plan Capello no avanza, y no hay plan B. Y además en ese propósito se han comprometido no sólo los tres años de contrato del técnico, sino 67 millones en fichajes muy específicos. Una inversión alta, para jugadores muy del gusto de Capello. Así que a Calderón le conviene que esto funcione.

En la portada se ve la cara de preo-cupación de Capello. Sin duda él tampoco se esperaba lo que ha pasado. ¿Qué puedo hacer? parece preguntarse. Pues lo que quizá ya está pensando: si se ha cortado la mayonesa, empezar de nuevo. Le tendrá que dar un vuelco al equipo, probar con otros, romper la inercia de caída antes de que se acelere y sea irrefrenable. Piensa en Javier García y Robinho. Bien, ya es algo. Pero debería cambiar su ecuación de seis que quitan por cuatro que juegan por un más discreto cinco-cinco, que tampoco sería un alarde de osadía. Recuerden: en caso de duda, fútbol. Como hizo Luis.

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