Sobre la ñoñería de la pelota fuera

Se queja el Getafe del primer gol que marcó el Valencia, con Casquero en el suelo, y la queja para mí no tiene sentido. Casquero pierde el balón y se tira, para evitar el contraataque con esa especie de norma-pamplina que se ha hecho moda reciente en nuestro fútbol. (¡Lo vemos tanto...!) Casquero no tenía nada. El Valencia prosiguió la jugada y marcó. Pues muy bien. Nadie tiene que tirarse al suelo, nadie tiene que echar el balón fuera porque alguien se tire al suelo ni porque se quede en él haciendo cuento. Una vieja cortesía se ha convertido en moda tonta y en abuso antideportivo, y cuanto antes acabe, mejor.

Otra cosa es cuando hay daño grave, eso es evidente. Cuando una persona tiene un percance serio, que precisa de atención médica urgente, todo el que está alrededor deja lo que está haciendo para atenderle. En la calle, en el trabajo, en el campo de fútbol, donde sea. Y el Reglamento faculta al árbitro para parar el juego en esos casos, y así debe ser. Pero nadie debe sentirse obligado a echar el balón fuera porque alguien caiga o se tire. Eso daña al espectáculo, a la importancia del juego y, cada vez más, a la deportividad. Cuantos más digan lo que dijo Mendilíbar y más hagan lo que hizo Vicente, mejor para todos.

Otra cosa es que el gol llegara fuera de hora. Ahí si tiene razón el Getafe. Si es un minuto, o dos, o tres más, es eso, no con una coletilla que hoy resulta muy visible porque las teles marcan el tiempo de prolongación segundo a segundo. Sólo se aplaza el final, una vez cumplido el tiempo, para lanzar un penalti, porque así lo prevé también el Reglamento. Ni por un corner, ni por un tiro libre, ni por un avance peligroso, se puede prolongar. El partido (o el primer tiempo) acaba cuando acaba, salvo si se trata de lanzar un penalti y, en ese caso, sin rebote, como en los lanzamientos de desempates. ¿Lo sabrá Pino Zamorano?

Lo más visto

Más noticias