Temporada con cambios de ciclo

Creer a Fernando Alonso. Eso queremos, pero no nos queda más remedio que comenzar a hacer cuentas después del doblete de Ferrari en Alemania con victoria de Schumacher. Y digo que queremos creer a Alonso, porque estoy seguro de que hablaba con sinceridad cuando, después de la carrera, con un semblante tranquilo y sin nervios, aceptaba el resultado y se agarraba con total derecho a esos once puntos que le lleva al alemán. La síntesis de Alonso tiene buena lógica: si faltan seis carreras y llevo once puntos, ¿por qué no voy a poder seguir estando delante hasta el final del Mundial? El gran problema parece ser que, a diferencia de lo que ocurrió cuando Alonso ganó varias veces seguidas y Schumi estaba detrás, los Renault ahora parecen menos constantes.

El campeonato, hasta ahora, ha tenido cuatro fases bien marcadas. La primera tuvo dominio Renault y duró hasta Ímola, cuando a los Ferrari les llegaron los nuevos neumáticos Bridgestone y la cosa empezó a cambiar. Hasta la carrera de Barcelona parecía que el dominio rojo seguía, pero allí comenzaba el ciclo de cuatro carreras de Fernando. Luego vino Indianápolis, donde se abrió otra era Ferrari. Lo que no sabemos es cuánto durará. Si Michael se postula a ganar todas las carreras que faltan, lo que tiene que hacer Renault es estar allí y no permitirlo. Hacer lo mismo que hizo él en esa serie de cuatro carreras que venció Alonso. Lo mismo que hizo el asturiano cuando el Kaiser ganó en Francia, una carrera en la que uno de esos ciclos parecía que se iba a acabar... pero al final salió todo al revés.