Medidas para la calificación

Todo empezó mucho antes del GP de Francia, esa carrera en la que los dos líderes y candidatos al título se enzarzaron en una lucha sin más premio que el orgullo personal. Ir delante en la tercera sesión de calificación puede aportar una ventaja mínima. Es cierto, pero ésta es muy pequeña y lo reconocen hasta los pilotos. Pero ni siquiera fue en Magny-Cours el primer acto de esta serie de intentos de adelantamiento o de bloqueos deliberados, como si se tratase de una carrera. Si vamos más atrás, nos acordaremos de los enfados de Fisichella y otros pilotos. Algunas veces en la primera o segunda tanda (como en el caso del italiano) y otras en la tan comentada tercera y definitiva. Y ayer, por querer rodar delante de otro, los hermanos Schumacher casi la lían. Los perjudicados, los dos españoles.

En Hockenheim, a Alonso por poco no le parten por el medio el monoplaza en pleno pit lane. Michael salió como si se estuviese jugando allí mismo la carrera. Una maniobra inútil o, como mínimo, desproporcionada por la ganancia que podía otorgarle. Pero la de Schumi fue la medalla de plata, porque el oro se lo lleva su hermano Ralf, que embistió con su Toyota a De la Rosa, quien estaba rodando limpiamente con el objetivo de quemar combustible, antes de ir a por su vuelta rápida. Se tiró a adelantar por el interior como si estuviese en la primera vuelta de la carrera. Absurdo. Pedro no quiso entrar en polémicas pero, en mi opinión, la FIA va a tener que hacer algo. Si no en cualquier momento, los damnificados serán los candidatos al título y se puede montar una descomunal.