Cuando el Madrid era el hermano mayor

Una cosa me gustó (y pocas más) de la película Real, The Movie. Un profesor de instituto se interesa por la pasión que suscita el Madrid y trata de investigar por qué. Acaba dando con Di Stéfano que le dice. "El Real Madrid es como el hermano mayor". Le pregunté a Di Stéfano tras la película si había sido cosa de él o del guión, y me dijo que de él. Me alegré. Me había gustado tanto que deseaba que fuera de Di Stéfano. Del hermano mayor sólo se esperan buenos ejemplos, conducta intachable, serenidad, seguridad, una referencia. Sabes que nunca te va a avergonzar. Todo el que lo tenga me entenderá.

Eso es lo que tiene que recuperar el hombre que esta noche se acueste como presidente. El Madrid como el hermano mayor. Lo malo del Madrid en esta segunda mitad del florentinato no es que haya estado tres años sin ganar nada, con ser eso triste. (No ocurría desde la llegada de Di Stéfano). Lo malo ha sido el abandono de la ética del trabajo, la fatuidad como estilo, la molicie en que cayó la plantilla. Más la desconcertante sucesión de técnicos, el bufo proceso sucesorio que hoy termina, el aroma hediondo del voto por correo, la presencia de policías en el estadio, la decisión draconiana de la juez...

En fin, yo no había conocido al Madrid en cotas tan altas como las de hace tres y cuatro años, cuando Glasgow, Tokio y todo eso, pero tampoco tan bajas como las de estos días horribles. El Madrid necesita hoy un voto presencial masivo. Si no, quedará colgada la posibilidad de una impugnación por la anulación (no olvidemos que cautelar) del voto por correo. Un voto presencial masivo y una victoria clara, a ser posible. ¿De quién? Eso lo decide usted. Pero no sea perezoso: haga lo posible por acudir, porque lo único que no puede permitirse el Madrid ahora es un ganador sin respaldo.

Lo más visto

Más noticias