No renegar del camino emprendido

¿Y qué va a pasar ahora con Luis? Esa era la pregunta de ayer. Un chasco como este exige siempre una expiación, y además él había dicho antes del Mundial que si las cosas no salían bien se marcharía. En esas estaba ayer, según me comentan sus íntimos, aunque no anteanoche, cuando le escuché en El Larguero manifestar su intención de seguir. Ahora quiere dejarlo, o al menos pulsar mejor la situación. Villar prefiere que se quede. Villar tiene pocas alternativas. Salvo Del Bosque, que puede tener destino inmediato según quién gane las elecciones del domingo, no hay un nombre con peso disponible.

Pase lo que pase, convendría que en el futuro se apostara por esta misma línea. Sí, no ha servido, pero todos sabíamos que a este equipo le faltaban un par de hierbas por lo menos. Cesc, Niño Torres, Villa, Sergio Ramos, Xavi, Xabi, Reyes, el propio Casillas... Todos estos jugadores van a mejorar en los próximos años y a ellos puede unirse alguno más. La apuesta del toque, de tener el balón, es lo que responde a este modelo de jugador y es, lo hemos visto, lo que entusiasma a la afición española. El desencanto ha sido el de otras veces, sí, pero la ilusión previa ha sido mayor. Este es el modelo que la gente quiere.

Y eso es lo que yo quisiera que no perdiéramos, con o sin Luis. Desde mis años de joven aficionado sentí cierto desapego por la Selección, porque los Velázquez y Marcial casi nunca eran llamados, casi siempre pasaban por delante abruptos pateadores que garantizaban no se sabe qué tareas de equilibrio y complemento. Ahora se ha iluminado un camino y merece la pena perseverar. Han faltado un par de jugadores de verdad grandes, sí. Raúl ha podido ser un elemento de confusión, sí. El equipo acusó cierta inocencia en los goles de Francia, sí. Pero no hay que renegar del camino emprendido.

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