Día de descanso y concurso de méritos

Salen los otros once, los que no han formado en el equipo titular de las dos primeras jornadas. Buena decisión y señal de que estamos que lo tiramos. España es campeona de grupo, salvo doble catástrofe, y en esas condiciones es magnífico que unos descansen y que otros descarguen tensión. Alguno de los que salieron sobre la marcha en los dos primeros partidos, (Raúl, Cesc, Albelda y Joaquín) dejará a su vez el sitio a alguno de los sustituidos en su caso. Reparto de tiempos, reparto de esfuerzos, reparto de ambiciones (Villa quiere más goles, por ejemplo). Cuidado extremo del grupo, que es algo esencial.

Porque no se consigue un Mundial ganando los dos primeros partidos, sino ganando los dos últimos. Y para eso no hacen falta once, sino dieciséis o dieciocho, y todos tienen que estar enchufados y a punto. Por otra parte, esta especie de equipo B mantiene el estilo de toque y posesión, porque con Iniesta y Cesc ahí no puede ser de otra forma, y ofrece la novedad estimulante de dos extremos, Joaquín y Reyes, al tiempo que coloca a Raúl en el centro del ataque, más cerca del gol. Así que se trata de un equipo bonito y alegre, que dejará mucho para discutir. Esperemos otra buena tarde.

¿Y el Niño? A algunos sorprende que no juegue, que no se le empuje más a conseguir el Pichichi. Tener el máximo goleador es un premio grande, desde luego, pero si Luis descuida eso sin duda es porque piensa en el premio mayor. Y lo que más asegura goles a Torres es que la Selección dure, y quizá este descanso le sirva para ganar un metro más a un defensa cualquier tarde de las que quedan, ese metro que diferencia el gol de la ocasión. En todo caso, las declaraciones del jugador en nuestra edición de ayer eran un monumento a la sensatez. Todo pinta bien en La Roja, a la espera de los días más difíciles.

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