El cubo de Rubik cuadra con Aguirre
Lleva cuatro temporadas Aguirre dándole vueltas a su equipo, puliendo fallos, inculcándo conceptos. Cuatro años en los que Osasuna ha ido a más, acariciando incluso su primer título, el año pasado, en la Copa. El mexicano ha creado en este tiempo un equipo, un señor equipo, por encima de nombres, estrellas o fichajes mediáticos. Es otra forma de llegar al éxito, sin duda. Es la forma de los equipos modestos, la que seguro imitarían alumnos prometedores de la clase como el Getafe. Un buen manejo de club que tiene como resultado la perfección. Y eso maneja Aguirre a día de hoy entre sus manos. Un cubo de Rubik perfecto, con un color por cada lado y con la Champions como gran premio.
Con los estratosféricos presupuestos que teledirigen el fútbol y con la aspiradora que año tras año succiona a tres equipos a Segunda, parece mentira que se pueda crear algo tan tangible como el equipo rojillo. Pero es una realidad. Y como dice Schuster, es bonito que suceda. Que Raúl García pase sin inmutarse de jugar en Hospitalet a hacerlo en el Bernabéu. Que Milosevic recupere su mejor olfato goleador con 32 años. Que Ricardo vuelva a llamar a la Selección tras su deprimente paso por Inglaterra. Puede ser cosa del azar, pero más bien parecen los últimos movimientos de un gran estratega llamado Javier Aguirre.