Alonso, con lo justo y con justicia

Sabíamos que la nueva calificación iba a ser importante, pero a Michael Schumacher lo liquidó. En la tercera sesión de calificación los pilotos no podían hacer registros por debajo del 110% de su mejor tiempo final. Pero en una de esas vueltas, Schumi fue más lento y los comisarios no le devolvieron los 2.75 kilos de combustible que valía una vuelta. Por eso, en carrera debió parar antes. Esa cantidad de combustible podría haber compensado en gran parte ese segundo y medio que separó a la suma del tiempo que ambos coches pasaron en boxes. El Renault estuvo 52.882 segundos y el Ferrari 54.383. Allí se despidió de la carrera.

No tenía a alguien que se fuese a acobardar por tener detrás al retornado Michael y su Ferrari. Como si de una cosa común se tratase, Alonso volvió a llevar a cabo una de las maniobras que mejor le sale. Llamémosle el "aquí no pasa nadie", que tuvo su momento de esplendor en Imola 2005, cuando un Schumi más veloz que ayer lo apretó durante trece vueltas. Por eso, y a pesar de los respetos que impone el Kaiser, nunca estuve preocupado. La distancia era suficiente, y el Renault no tenía problemas como para no aguantarle.