El futuro de Ronaldo está fuera de Madrid

Me asegura quien le conoce bien que Ronaldo querría completar su contrato con el Madrid. Ese también es el deseo de Florentino, que aún le considera el mejor delantero del mundo, lo mismo desde el punto de vista deportivo como del mediático. Pero no hay muchas más personas en esta ciudad convencidas de que las cosas vayan a ser así. En Italia se sabe, y el Milán y el Inter se mueven para hacerse con él. Los meses que restan de aquí al Mundial van a ser un test difícil para el jugador, que a partir de ahora va a tener que comprar más que nunca el cariño a fuerza de goles. Y cuando no los consiga se va a ver enfrentado al Bernabéu.

Porque su lamento de las vísperas del partido del Arsenal ha dejado una herida profunda. El martes el público no lo tuvo en cuenta, llevado por esa causa superior para el madridismo que es la Copa de Europa. Y el público de esas noches europeas no es exactamente el de la Liga, parte de cuyos asientos lo ocupa en esas ocasiones un hincha más permisivo y fervoroso, llegado de fuera de Madrid. Peñistas entregados, dispuestos a perdonarlo todo. Pero con la Liga volverá el público que desagrada a Ronaldo, un público capitalino, frío, exigente, duro, del tipo de los del pañuelo verde desde el Tendido Siete en Las Ventas. Y volverá enfadado.

Así que veo a Ronaldo fuera de aquí a unos meses. Y a Zidane, que insiste en marcharse. Ya no va a ser del todo malo, por duro que resulte, despedir definitivamente una época que fue tan brillante como fugaz, que hace tiempo que entró en agonía. Florentino se niega a aceptar esa decadencia de su galácticos y se agarra a cualquier signo de recuperación para proclamar que todo se debe a un bache. Pero llamar bache a tres años es un eufemismo extravagante. Más vale aceptar que fue bonito mientras duró, que hace tiempo que dejó de durar y que hay que empezar de nuevo desde la raíz. Y la raíz son Ronaldo y Zidane.

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