Niño Torres, azote de barcelonistas

Es llamativo: si no fuera por el Atlético, el Barça podría tener ahora seis puntos más y habría que mirarle con prismáticos. Pero las dos únicas derrotas del Barça en este campeonato se deben justamente a ese club castizo, desigual, imprevisible... Incatalogable. Y a ese delantero solitario y reconcentrado llamado Niño Torres, al que el blaugrana inspira tanto como nubla el blanco del Madrid. Gracias al Atlético y a la perspectiva de la visita del Barça a Mestalla (domingo próximo, Canal +) podemos sentir que la Liga todavía está viva. Que el Barça es el gran favorito, sí, pero que aún puede pasar un último tren para los perseguidores.

Y el Atlético ganó en buena ley, con un partido bueno, pleno, inteligente. Dándole a cada fase el tratamiento que necesitaba. Audaz en el primer tiempo, cauteloso en el segundo, inspirado siempre, con el referente infalible e infatigable del Niño Torres allí arriba. Entre la desenvoltura de las camisetas rojiblancas, las blaugranas flotaron como corchos, faltas de los referentes principales del equipo: Ronaldinho, Etoo, Xavi... Y más confusas aún por culpa de Rijkaard, que desmadejó al Barça más de lo que las bajas obligaban con unas decisiones incomprensibles en la alineación. Lo contrario que Pepe Murcia, que todo lo hizo bien.

En buena hora se marchó Bianchi, que ahora dice que se retira. Para mí que se había retirado antes de venir al Atlético. Ya se sabe: "Cuando dices que te vas, es que ya te has ido". Y él se había ido del fútbol bastante antes de aparecer por aquí. Al Atlético le va a salir por un pico, pero ahora no es momento de pensarlo, sino de disfrutar esta victoria que afianza al equipo en la tabla, confirma su línea de progreso, resitúa al Niño Torres en el plano de los grandes y permite mirar a Europa. Queda lejos, sí, pero aún hay tiempo. Y las pesadillas del descenso ya no volverán. En fin, que esto es el Atlético, el Atlético de Madrid. ¿Qué más decirles?

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