El problema de jugar sin un 'nueve'

Mientras el Barça galopa en la tabla (doce puntos al segundo, y tal y como va es como para empezar a saludarle como campeón) el Madrid trata de recuperar el objetivo menor de ser segundo, que al menos clasifica directamente para Champions y salva la tan deseada como criticada gira. En ese afán la jornada fue buena en un aspecto, porque Valencia y Osasuna pincharon. Pero mala en otro: el Madrid no dejó las buenas sensaciones de los últimos partidos. De hecho, aunque ganó, López Caro se marchó disgustado. Bastantes cosas no salieron como en días atrás y el partido estuvo mucho más del lado del Celta que del Madrid.

De hecho, el Celta fue arrollador en el inicio y al final del partido, hasta el punto de desencuadernar al Madrid, de convertir cada jugada en llegada, con remate final. A puerta, fuera, al poste, a gol fantasma, pero remate. ¡Cuánto echó en falta el Celta a Baiano! Y puede decirse que lo mismo que el Madrid a Ronaldo. En las fases en que se sosegó y mandó en el juego, su fútbol tuvo ese carácter romo de los equipos sin delantero centro. Uno de los problemas que el Madrid arrastra este año es esa concentración de medias puntas en contraste con la presencia de un único nueve, Ronie. De estilo personal e intransferible, pero nueve al fin.

Es vano pretender que Baptista lo sea. Se puede mover y luchar, y desde luego lo hace. Como lo harían Mejías o Sergio Ramos ahí, pongo por caso. Tampoco parece que lo sea Cassano, al que el turno se le ha esfumado entre la dieta y los ratos sueltos. Ronaldo ya está para regresar el sábado ante el Espanyol, así que un nuevo periodo se abre para el Madrid. Va a apretar menos (o nada) la salida de los de arriba, pero va a aportar su imponente pegada. Hasta ahora hemos visto por separado los goles de Ronaldo y la aportación de López Caro. Por fin va a ser hora de ver todo eso reunido. Lo que salga de ahí, será el Madrid.

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