El Madrid necesitaba un partido así

El Madrid necesitaba un partido así, de menos a más, con goles, con un rival histórico, con Robinho funcionando por fin de nuevo, con una aparición ilusionante como fue la de Cicinho, con gol de Soldado, con todos haciendo bien lo suyo. Un partido para recuperar la sonrisa y para creer. La Liga es del Barça, la Champions es una montaña, la Copa va a estar este año más cara, porque han sobrevivido muchos grandes hasta donde no solían. Un título le va a ser difícil a este equipo, pero al menos un partido como el de ayer permite creer que la reconstrucción está en marcha, que en algún momento asomará un equipo nuevo y bueno.

Tardará, hay que advertirlo. Tardará porque hay muchas confusiones aún que resolver. Y la goleada de anoche hay que medirla en sus justas proporciones. Fue ante un Athletic flojo. Nada que ver con el de San Mamés. Un equipo con unos cuantos mingafrías, como él mismo diría, a los que Clemente va a tener que agitar más y más para que se porten como lo que se pretende que sean: jugadores del Athletic de Bilbao. Abres el periódico, ves a este club en puestos de descenso y se te abren las carnes. Le ves jugar en San Mamés y piensas que tienen esperanza. Les ves en el Bernabéu y lamentas que se dejen todo el genio en casa.

Así que todas las buenas noticias del partido cayeron del lado del Madrid. La mejor fue que Robinho se va reencontrando. Aún no es el jugador de Cádiz, ni el de Brasil, pero al menos ya es un atacante tenaz y peligroso, un jugador a tener en cuenta. Otra fue Cicinho, velocísimo, ajustándose bien a Beckham, correcto en los centros. Y Guti va cogiendo los hilos del equipo, en todos los sentidos. (Fue significativa su llamada al orden a Gravesen, que se metió en un absurdo quilombo). Y Soldado avisa que sigue ahí, de modo que Cassano puede seguir su dieta sin prisas. Claro, que todo eso fue ante un Athletic deplorable...

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