Podemos decir que esto empieza bien

Me contó una vez Antoñete que el miedo del torero no empieza cuando contratas la corrida, sino cuando te anuncian en los carteles. Cuando ves ahí tu nombre impreso, junto al de los compañeros de terna y el de la ganadería de los seis toros, seis... Pensaba yo anoche al sentarme ante la tele para ver el sorteo cómo se sentiría Luis, personaje muy taurino, cuando viera el cartel impreso y anunciado en todos los periódicos del mundo. Bueno, pues no podrá sentirse mal. El del Cirio, como él dice, andaba por allí. El grupo es benévolo y el primer cruce también. La cota de cuartos parece al alcance. Luego, ya se verá.

Ventajas de ser cabeza de serie y buen vahío en las manos de esos cracks que fueron sacando las bolas. España no será la tercera del mundo, como nos colocaron, por no sé qué confusos algoritmos futboleros que manejan esas raras gentes de la FIFA. Pero somos séptimos en las apuestas, indicador un puntito golfo pero bastante fiable. Ahí nos coloca la sociedad de mercado y ahí nos reconocemos. Y ninguna de las selecciones de nuestro grupo nos parece mejor y es difícil imaginar que nos puedan superar dos de ellas. Mirado a priori, no se ve más peligro que el que pueda llevar en sus contraataques Shev-chenko, el colosal delantero del Milán.

Así que nos vemos en octavos, no lo podemos evitar, ¿para qué engañarles? Luego nos tocará cruzarnos con el primero o segundo del Grupo G, puestos que es difícil imaginar que no se repartan Francia y Suiza. Francia viene para abajo al compás de nuestro adorado Zidane. De Suiza avisaba Maldini en la SER que tiene su aquél, pero uno ha visto a estas alturas demasiados mundiales como para esperar peligros por ese lado. Miedo, lo que se dice miedo, me dan los de siempre más los del África negra, cuya superioridad física se va acompañando cada vez de más sabiduría futbolística. Pero todos esos quedan para más adelante. Si Dios quiere.

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