Es un galáctico en corbata

Arrigo Sacchi es un galáctico en corbata, su etapa de banquillo está olvidada y se queda en la grada observándolo todo desde un sillón. La mejor de sus cualidades, que es entrenar y dirigir a un equipo (la calidad que lo hizo famoso en el mundo), ya pertenece al pasado. Su llegada al Madrid, hace casi un año, se puede comparar a la llegada de Figo al Inter. El portugués es un jugador de lujo, con gran pasado, que ha generado muchas expectativas en la afición del Inter, pero que no puede tener mucho futuro por su edad. Figo ya no puede jugar por la banda derecha y busca espacios en el centro, Arrigo Sacchi no puede gritar desde el banquillo y busca una nueva posición como directivo.

Y eso no es lo ideal porque el mejor Arrigo Sacchi ha sido el revolucionario, gentil y amable que, no sólo cambió el juego del Milán, sino que marcó una época nueva en el fútbol italiano al final de los años 80. Sacchi ha sido una gran estrella en el banquillo, pero lejos del Milán no ha podido repetir sus éxitos. Tampoco pudo hacerlo cuando regresó a Milanello en 1996. El Sacchi de la selección italiana tuvo éxito, no por sus ideas, sino por las jugadas aisladas de Baggio que llevaron a Italia al segundo puesto en el Mundial 94. Por el afecto que merece, le deseo que su suerte, que siempre le ha acompañado, lleve al Madrid a la Décima.

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