A optimistas no nos gana nadie

Ya saben el lío (que se arreglará): hay jornada de Liga prevista para el miércoles 9-N, tres días antes del partido de ida de la repesca. Las fechas de ésta, el 12-N y el 16-N, están reservadas en el calendario internacional para partidos de selecciones, pero contábamos con que fueran amistosos, así que no había que tomar cautelas. Curioso: Francia e Inglaterra que, dicho sea de paso, han cumplido y se han clasificado directamente, no tienen jornada ese miércoles. Ellas sí habían previsto o temido la posibilidad de una incómoda repesca. Habrá arreglo, con un enroque de fechas con la Copa, que explicamos aquí abajo. No se preocupen.

Y cuando se haya arreglado eso habrá que arreglar otra cosa: resulta que la Federación, que anda lampando en busca de perrillas donde puede, tiene alquilada la Ciudad del Fútbol para esa semana de víspera de la repesca. Tampoco se contaba con que la Selección se tuviera que concentrar en ella, porque el plan era montar para los días 12 y 16 sendos bolos por ahí, en España o fuera, pero lejos de las instalaciones de Las Rozas. También se arreglará, resolviendo el contrato e indemnizando (hasta dirán que no había caso), pero es una muestra más de cómo vamos de sobrados. Nos creemos que somos Brasil, o poco menos.

Pero la verdadera verdad es que no nos sobra nada y que hoy sorteamos la repesca, esa incómoda gatera por la que nos colamos en la Eurocopa, experimento peligroso que ahora repetimos. Eso es lo que hay. Eso y un calendario del que se abusa tanto que en cuanto surge algo estalla por las costuras. Tenemos una Liga de veinte por aquella cobarde jaimitada de Cortés Elvira, que la hizo saltar a veintidós y desde esa altura nos ha sido imposible bajar a dieciocho, como recomienda UEFA. Y tenemos un calendario de selecciones intenso y espeso, irritación común de todos los clubes. En suma: tenemos a poca gente seria al frente de todo esto.

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