"¡Cielos, otra vez la Selección!"

"¡Cielos, otra vez la Selección!" Eso me decía ayer un amigo guasón, cuando escuchó en el taxi en que íbamos la noticia de que Luis había dado la lista. Ese amigo mío sostiene que sería buena una iniciativa parlamentaria para suprimirla. Su razonamiento es más o menos así: este país tan mal zurcido lo que menos necesita es un berrinche cada dos años por culpa de que la selección de fútbol da el cante en una fase final de Eurocopa o Mundial. Ayer, según me repetía su peregrina y tremendista idea, pensaba yo que esta vez corremos peligro incluso de quedarnos sin fase final. El partido del sábado, ante Bélgica, es de aúpa.

Y sin embargo yo creo que ganaremos e iremos. Y hasta creo que con lo que se ha hecho hasta ahora deberíamos estar primeros de grupo, y a punto de terminarlo campeones. Ha habido mala suerte en el remate y peor suerte aún en el grave castigo que sufrió Casillas por su mala salida ante Serbia. Parece como si la Selección lo gafara todo y me explico: rarísima vez los fallos de Casillas, un tipo con suerte, son penalizados con goles de grave peso. Y sin embargo esta vez ha sido así: esa jugada costó dos puntos vitales. Ahora hay que ganar en Bélgica (y en San Marino, por supuesto) para ser segundos e ir a la repesca.

La buena cara es que el Valencia se rearma y el Valencia es el único de los equipos españoles de verdad competitivos en el que los jugadores nacionales tienen un papel hegemónico, no complementario. Parece que Luis se agarra a eso y que le vuelve a hacer tilín la media Albelda-Baraja, ante la perspectiva de un partido hosco y macho. La otra buena cara es Raúl, que parece que sale de un túnel de dos años para recuperar su condición de jugador decisivo, amigo del gol, referente para el juego de ataque. También Casillas sale de su bachecillo. Unas cosas con otras hay que confiar de nuevo. Aunque sólo sea para quitar argumentos a mi amigo.

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