Luxemburgo sale hoy del burladero

Porque todo lo que diga el Madrid, y todo lo que se diga en su favor en estos pleitos por los descarados privilegios que la Federación ofrece al Barça, no vale si no juega bien. El Madrid, como el Barça, está en la tierra para poner sobre el tapete once jugadores que armonicen sus destrezas, diviertan y entusiasmen. El Barça tiene una conducta horrible como institución, asociado con el patético Villar, pero pones la tele y lo que hacen es bonito. El Madrid es víctima de injusticias, pero pones la tele y aburre. Y, sea justo o no, si no haces buen fútbol nadie te escucha, porque tú no cumples. El Madrid necesita jugar bien ya o ya.

Durante dos días no se ha hablado de lo aburrido que es el Madrid. Pero hoy le toca a Luxemburgo salir del burladero y ofrecer su producto al Bernabéu y a la universal audiencia catódica. Se anuncia un cambio: el cuadrado, que tendía a embudo, deja paso al juego por las bandas, con Beckham y Robinho abiertos. No son exactamente especialistas en ello, pero se aproximan. Beckham no desborda, pero centra bien. Robinho es bueno en todo... si no escucha consejos. En cualquier caso, bienvenido sea el cambio. "Hay que ser anchos para ser profundos", dice Cappa, otro gran hacedor de frases.

Una de las muchas buenas frases que le he escuchado a Valdano fue: "En el Madrid no hay escondites". No hace falta explicarla. El Madrid tiene que jugar, divertir, ganar, ser ejemplar. No se le permiten las excusas. Durante un par de días ha vivido en un escondite, el de la pretendida impugnación. No sé si fue una impostura y una manipulación de Florentino, como cree De la Morena, o un sincero y extraviado intento de poner pies en pared ante la desvergüenza federativa, como quiero creer yo, más ingenuo. El caso es que duró 48 horas y se esfumó. Ahora vuelve la verdad: el fútbol. El Athletic.

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