Este Madrid está en pretemporada

Veámoslo así: los partidos de Asia antes de la concentración en Irdning. Luego, un partido en Austria con un equipo muy menor, el homenaje a Puskas con algo parecido a la Selección Húngara, pero que no llegaba a serlo y el festival con las estrellas de la liga USA. Eso ha sido la pretemporada del Madrid. Luego, un par de jornadas de Liga (en la primera de ellas Robinho compareció por los pelos y Sergio Ramos aún era del Sevilla) y ya está: a la Champions. A la salida más difícil del grupo. Con esa preparación compareció el Madrid en Lyon, a jugar ante un equipo rápido y bueno, con un futbolista grande en sus filas: Juninho Pernambucano.

Y sin Ronaldo, por más señas. De modo que no habrá que extrañarse de que haya perdido, al término de un partido equívoco, resuelto muy pronto por dos saques de falta de Juninho Pernambucano más una jugada rápida, muy del estilo de ese equipo. Tanto sonó aquello a catástrofe que el penalti que paró Casillas se cantó como eso que los clásicos llamábamos gol de la honrilla. Luego, en la segunda mitad, el Olympique esperó. No necesitaba más. El Madrid hizo un esfuerzo notable por salvar la cara, movió el balón, llegó e hizo lucirse al portero francés, de aire y maneras de juvenil, aunque sea internacional. Y eso fue todo.

El equipo no está hecho y todo consiste en arrimar, paso a paso, el balón a Robinho, que es un genio, y ver qué pasa. Y pasan cosas, sí. Pero se echa de menos más rapidez, llegadas por los lados, mejor utilización de Baptista, más temple en la salida. Pablo García, que se estrenaba ayer en el partido más difícil del trimestre (hasta ahora Luxemburgo no le ha querido ni ver), tiene más que decir que Gravesen. Guti lo tiene a huevo una vez más, porque el equipo pide a gritos lo que él puede ofrecer. Volverá Ronaldo. Quizá de todo esto al final salga un equipo, pero es pronto para saberlo. Al Madrid le ha sorprendido la Champions en pretemporada.

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