El baremo de la Vuelta

Los Lagos es uno de esos pocos puertos que, como el algodón, no engañan, ni a corredores, ni a afición. Y ayer no defraudó. Nadie puede tomar la rueda de nadie, cada uno ha de ceñirse a exprimir sus propias fuerzas sin fijar la vista en los demás. La llegada a Covadonga ha sido el baremo de la Vuelta, la patente de corso para que Menchov se reafirme como el más fuerte. Ascendió el coloso asturiano de forma sensacional, cual escalador puro y duro. Y no es que Heras estuviera mal, al contrario. Liberty desplegó una táctica perfecta en carrera y el bejarano atacó en el sitio oportuno para sacar tiempo. No obstante, el ruso está pletórico e, incluso, creo que podía haber cogido a Sastre si hubiera querido rizar el rizo.

A Roberto le honran sus declaraciones asumiendo su inferioridad. Pero lo más importante es que no se da por vencido y que volverá a intentarlo. Su actitud me gusta, como la de Sastre. Estuvo valiente, quizá demasiado. De atacar en La Huesera, podía haber sacado más tiempo a Heras y Menchov. Su riesgo y desgaste fueron enormes, atacando desde abajo para hacer su crono particular. Es tercero y va a ser el animador de la Vuelta. De Eladio no hay ni más menos que decir que quien gana en Lagos es por algo. Tras toda la etapa en fuga, apenas perdió tiempo en el puerto. Él y su equipo están dando vida a una carrera en la que Menchov está tan fuerte como solo. Y sólo sufrirá si le atacan desde lejos porque tiene muchos amigos.

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