Empezó muy acelerado, le calmó Xabi Alonso y al final se durmió. Ganó el Liverpool al más puro estilo de la Premier de la temporada pasada, dejando lagunas. Cada partido que pasa Benítez despeja algunas dudas. Confía en Sissoko, hasta el punto de quitar al casi intocable Gerrard y dejar al africano en el campo. Sissoko trabaja, recupera y tiene la misma libertad para llegar al área rival que Gerrard, y los dos juegan cómodos porque Xabi Alonso espera atrás. Es el esquema de la famosa segunda parte de Estambul ante el Milan, cuando Gerrard se liberó del todo. A Alonso le veremos menos en ataque. Marcó el gol de la victoria con un buen libre directo, pero sube mucho menos de lo que a él le gustaría.

Benítez tiene claro que necesita un cinco que ordene y se quede atrás. Pero arrincona a Cissé a la banda y no sólo le resta potencial ofensivo sino que sacrifica la labor de Luis García. Morientes sigue lejos de las cifras que debería. Y otro detalle más. En Anfield sí juega con dos puntas, pero fuera de casa el 4-5-1 habitual parece demasiado conservador. Me temo que este Liverpool volverá a ver desde lejos a Chelsea, Arsenal y Manchester United. Quizá no tanto como la temporada pasada, pero seguirá sin pelear por el título de la Premier.