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Fríamente, sin motivos personales

Hubo un penalti y lo lanzó Figo. Lo marcó. Luego se volvió al medio campo, sin expresar la menor alegría por su gol, sin corresponder a las felicitaciones de los compañeros, que agradecían el tanto, porque el marcador estaba apretado. Marcó gol con el aire frío y distante con que los asesinos profesionales cumplen los encargos. Fríamente, sin motivos personales. Me pagan por esto y lo hago eficazmente, eso es todo. Figo hizo hincapié en esa actitud ¿porque ya no se siente de la partida o porque ya no le dejan sentirse de la partida? Es difícil saberlo, pero en todo caso club y jugador han recorrido un buen camino juntos.

Figo es el protogaláctico. Su fichaje contribuyó a hacer a Florentino presidente y anunció la grandeza del proyecto. A él mismo acabó por proyectarle al balón de oro y al humo de ese Rey Midas en que se reveló Florentino con Figo vinieron Zidane, Ronaldo y Beckham para dibujar una época fugaz pero deslumbrante. Galáctica. Ese apodo, lanzado por este periódico y rechazado en principio por el club, es ahora término universal para designar al Madrid, que ahora, sí, se siente cómodo en él. The Galactics. Así los anuncian en Estados Unidos y en China. Pues aquello empezó en Figo, en ese Figo sincera o forzadamente distante.

Al revés que Guti, que de cada gol está haciendo un festival. Eso me indica que cada vez que habla de marcharse lo hace con la boca pequeña. Sus dos goles en esta gira han dado lugar a sendas reivindicaciones estrepitosas. ¡Aquí estoy yo! viene a decir. Y aquí mis goles. Pero Guti, ha tenido sobre todo un problema, del que poco se habla: su verdadero puesto es el de Raúl. Y Raúl es de acero. Lo demuestra una vez más. ¿Viene Robinho? Pues aquí me va a encontrar. Al pie del cañón, peleando, marcando goles. Con once años de mili, con más de quinientos partidos, con una pila de títulos, pero con la misma ilusión de siempre.