Ahora sí parece inminente lo de Robinho

Pues parece que sí, que lo de Robinho está a punto de caramelo. El Plan A es que el jugador denuncie al Santos por incumplimiento de acuerdo verbal (que existió, en efecto, y data de noviembre) y así obtener de forma cautelar el tránsfer de la FIFA para fichar por el Madrid. Luego, cuando mirara el caso con detenimiento, se da por seguro que en su laudo la FIFA dejaría al jugador en el Madrid, tanto por la razón que se denuncia como por la cláusula de rescisión draconiana. La FIFA en estos casos siempre ha fallado en contra de las cláusulas cuyo monto es muy superior al salario del jugador, y ése es el caso de Robinho y el Santos.

El Plan B, si no sale el Plan A, es pagarle al Santos su parte de la cláusula. El Santos sólo posee el 60 % del jugador, por lo que de la cláusula, cincuenta millones de dólares, sólo le corresponde la parte proporcional, treinta millones. En euros, unos veinticinco. El resto de la cláusula corresponderían a Figer y Robinho, que según fuentes de la operación estarían dispuestos a renunciar a ella con tal de terminar ya el asunto. Puede ser verdad en parte: de hecho, si el asunto no se hace están obligados a indemnizar al Madrid en doce millones. Porque esa parte del acuerdo, entre Madrid y el agente de Robinho, sí está firmada desde noviembre.

Así que estamos cerca del final y bien que me alegro, porque esa imagen de Robinho en rebeldía, sin entrenar ni jugar, no es buena para nadie: ni para el Santos ni para él ni para el Madrid ni para el fútbol. Y sin él no son útiles, salvo para recaudar, (no es poco, me dirán algunos) estos partidos en los que el Madrid va desgranando ante los ojos atónitos de públicos que no distinguen mucho a Beckham de Brad Pitt. Son fechas de retraso en la configuración del nuevo equipo, que se hará con Robinho, que tiene que cambiar hábitos de juego y necesita trabajo en serio. Y eso sólo será posible con una plantilla de verdad definida.