No ganó el más fuerte

Me ha sabido a poco el segundo puesto de Óscar Pereiro. Se había merecido el triunfo por su trabajo en la etapa y por la gran actuación que está haciendo en el Tour. Se ha metido ya en varias fugas, como el día del Galibier, que se sacrificó para que ganara Botero (aunque luego venció Vinokourov). Ayer fue el más fuerte entre los escapados, a pesar de que en el grupo iban gente de mucha calidad, como Boogerd, Hincapié, Sevilla o Caucchioli. Habría sido un triunfo a lo grande, en la etapa reina del Tour, con cinco puertos de tronío en la que hemos visto corredores que, sin colaborar, han terminado perdieron rueda (Sevilla, por ejemplo). Pereiro fue el mejor y el más fuerte, no ganó, pero nos deja la impresión de que tarde o temprano su combatividad le dará un triunfo en el Tour. Pero tampoco se le puede reprochar nada a Hincapié. Estaba cantado que militando en el equipo del líder no podía dar relevos.

La etapa nos dejó prácticamente decidido el segundo puesto. Ivan Basso se ha hecho acreedor a él y al cartel de primer favorito para el año que viene cuando no esté Armstrong. Ullrich va a tener más difícil subir al podio como tercero. Rasmussen se está defendiendo como gato panza arriba. Les separan 2:49 y queda aún una crono de 55 km favorable al alemán, pero no será sencillo. Y Mancebo ya está quinto, pero será complicado subir más peldaños, a pesar de que está haciendo este año su Tour más completo.

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