La eterna ilusión del Athletic Club...

El Betis va a pasar esta noche una prueba para valientes. El Athletic ya ventea la final de Copa después de veinte años sin estar en ella. Para el Athletic la Copa es una competición entrañable, que ha considerado como cosa propia durante muchos años, y cuya ausencia extraña profundamente. En el fondo, como les ocurrió a los madridistas durante 32 años con la de Europa, muchos hinchas del Athletic han pensado cada año que, estuviera donde estuviera, la Copa seguía siendo suya. Volverla a ganar no sería más que ponerla otra vez en su sitio. Un poco como aquello de "donde quiera que esté,mi carro es mío".

Para eso tiene este año el Athletic un equipo bonito, muy del gusto de San Mamés. En el arco de edad que separa a Llorente y Urzaiz, el nueve que viene y el nueve que aguanta, hay una tropa de jugadores entusiastas, algunos de excelente calidad, como Yeste o Iraola, otros simplemente luchadores, pero todos comprometidos con una idea. Esa vieja idea que ha movido al Athletic durante un siglo, le ha permitido ganar muchas veces la Copa y bastantes la Liga y, más tarde, cuando el resto de equipos se ha anegado de foráneos, aún le sirve para seguir siendo uno de los tres eternos de Primera División, junto a Barça y Madrid.

No es poco, si se echa la mirada atrás y se observa cómo otros clubes de su talla, Atlético, Valencia, Sevilla, Betis... han hecho el viaje a Segunda ya en tiempos modernos. Pero esa presencia incesante en Primera ya no es nada para el Athletic, que la da por descontada: ahora acaricia su verdadera ambición: la Copa. El resultado de la ida es bueno, pero no tanto, y el rival es de categoría. El Betis también tiene su móvil: ganar la Copa el año del centenario sevillista. No imagino placer más refinado para un bético de pro. Tan importante es eso que a Lopera los nervios le han hecho flojear las piernas y no va al partido. Mejor dicho, al partidazo.

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