Rabieta del Madrid conTurienzo a la vista

Competición anunció ayer las sanciones y los tres madridistas encausados salieron con un partido. La sanción era automática para Samuel y Salgado pero en la de Zidane podía haber dudas, por la redacción embustera del acta. La foto aquí abajo explica que Zidane empuja desconsideradamente la cara de Quique Álvarez, pero no le golpea. La acción de Zidane es reacción a la anterior, similar, de su oponente. Un partido es lo que corresponde. Pero el Madrid, metido en afanes reivindicativos, piensa recurrir ese partido y los otros dos, ante Apelación y, en su caso, ante Disciplina Deportiva, en busca de la cautelar.

No me gusta, ya lo he dicho. Y en este caso me parece irracional. Francamente, creo que Samuel y Zidane pueden ser sustituidos, y hasta con ventaja, en Anoeta. Míchel Salgado no, porque no tiene suplente, pero si le ha caído una quinta tarjeta la tendrá que purgar, antes o después. Forzar la situación es quedar mal y, en caso de que alguno de esos jugadores pueda salir en Anoeta, eso servirá para cargar el ambiente, para crear una motivación extra a la Real. Que no necesita de mucho, dicho sea de paso, porque se sintió en ridículo en los seis minutos famosos y tiene un legítimo y ardoroso deseo de revancha deportiva.

El Madrid está irritado y pienso que pierde la cabeza y las maneras, pero hay motivos para, si no justificarlo, sí entenderlo. Resulta que en Anoeta arbitra Turienzo, el hombre que le perdonó uno, dos y hasta tres penaltis al Barça en Sevilla, aún con cero a cero en el marcador. Uno de ellos, el de aquella clamorosa mano de Belleti, brazo blaugrana al aire, balón amarillo chillón interceptado. Luego, el Barça, sobre la exasperación y el nerviosismo del Sevilla, goleó cuatro a cero y salió con cara de ¿qué más queréis? Los penaltis que Turienzo mandó al limbo lo hicieron posible. Ahora se lo ponen al Madrid en Anoeta. Estos no se cortan.

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