Calderón, el ídolode Arabia
Gabriel Humberto Calderón, fino jugador argentino y excelente lanzador de faltas en su selección y en el Betis, venía pidiendo una oportunidad como entrenador. Su experiencia como instructor FIFA le había llevado a medio mundo y en Navidad recibió una propuesta: dirigir a Arabia Saudí. La marcha del holandés Gerard Van Der Lam dejaba el puesto vacante y el reino de los petrodólares necesitaba un entrenador para afrontar con garantías la fase de clasificación asiática para el Mundial 2006. Gaby no se lo pensó. Dejó Sevilla y la Costa del Sol y aterrizó en Ryadh. No lo tuvo fácil por muchos motivos y ha estado varias a veces a punto de dejarlo. Tanto, que después de perder en un amistoso y recibir palos de todos los sitios dio una rueda de prensa y lo dijo claro: "Si no me dejan trabajar y recibo imposiciones, me voy".
Presentó un programa de trabajo de cara al futuro, pero le dijeron que lo primordial era estar en Alemania. Le dejaron trabajar tranquilo y ahora, los sauditas están a un paso de la clasificación. Tienen 5 puntos (uno menos que el líder, Corea del Sur) después de empatar en Uzbekistán y Kuwait y ganar claramente a los surcoreanos. Sólo han recibido un gol en tres partidos y Calderón es alabado en los medios informativos y hasta en la calle. Calderón de Arabia, ha llegado a titular un diario. Sus hombres tocan más el balón, tienen más garra en ataque y son menos blandos atrás. Del 3 al 8 de junio puede vivir su semana gloriosa. Recibirán a Kuwait y Uzbekistán y las cuentas son claras: si ganan los dos partidos, a Alemania, en su cuarto Mundial consecutivo. Para Calderón, un éxito y casi segura renovación hasta esa cita. Que todos lo veamos.