Florentino, ante su segundo proyecto

Florentino afronta su segundo proyecto. Debería empezar a desmontar esa catedral que ha construido. O sea, empezar a dar bajas, por caro y doloroso que resulte. Eso de que los galácticos (a saber, Roberto Carlos, Beckham, Figo, Zidane, Raúl y Ronaldo) juegan por decreto es algo más que un dicho popular. Es una verdad evidente. Su presencia condiciona a cualquier entrenador (el único que intentó escaparse seriamente de eso fue García Remón, por cierto) y bloquea la situación. Nada justifica que en Turín jugaran Raúl, Figo y Beckham a costa de que se quedaran fuera Guti y Owen. Eso desacredita a Luxemburgo.

Esto no es faltar al respeto a nadie, sólo constatar que han caído, por el paso del tiempo, a un nivel inferior al excelso que alcanzaron no hace mucho. Como diría Gatti, les ha agarrado el viejazo. Y a varios al tiempo. Cualquiera de ellos podría sostenerse dignamente en un buen equipo, rodeado de jóvenes ilusionados y vigorosos. Pero cinco o seis decadentes juntos hacen un equipo decadente y condicionan a cualquier entrenador. Más si desde el club se le hace llegar el mensaje de lo importantes que son para los ingresos del equipo. Mientras tenga ese tapón ahí, difícilmente podrán unos cuantos refuerzos mejorar visiblemente la situación.

Porque si anteanoche no jugaron Guti y Owen, ¿qué nos permite suponer que hubieran jugado, caso de estar ya en la plantilla, Joaquín, Robinho o Del Horno? ¿Hubiera sentado Joaquín a Beckham? ¿Hubiera sentado Robinho a Raúl? ¿Hubiera sentado Del Horno a Roberto Carlos? Todo lo que no sea dar tres o cuatro bajas gordas (curiosamente, el más señalado ahora mismo es Owen) es mantener un problema que está llamado a engordar con el tiempo, porque el tiempo es el gran enemigo de aquellos galácticos que tan buenos ratos nos dieron, que tan pocos nos pueden dar ya. Florentino sólo necesita recuperar el coraje que tuvo cuando arrancó.

Lo más visto

Más noticias