La temporada está en pleno fragor

Con sus partidos de vuelta contra la Juve y el Chelsea a la vuelta de la esquina, con el General Invierno, además, ejerciendo su tiranía sobre los campos de juego, Madrid y Barça juegan esta tarde partidos importantes. Bueno, importantes son en realidad todos los que juegan, por su mandato histórico de ir a por todas. Y el calendario les atosiga. Sacchi se admiraba anteayer en su visita a AS de que en estas fechas se cargara un partido de Liga entre semana, lo que añade fatiga, golpes y bajas a nuestros equipos principales justo cuando la Champions atraviesa el tramo decisivo. Cosas de nuestra liga de veinte y de cierto descuido al hacer los calendarios.

Al menos el Madrid sabe que salva a Casillas, lo que estoy por decir que compensa las bajas de Raúl, Zidane, Owen y quizá hasta de media docena más. Después de las dos paradas que le hizo al Betis en la primera parte sigo echando cuentas de cuántos puntos le debe el Madrid a este jugador y no me salen. Pero el hombre del partido será, como casi siempre, Ronaldo, ese extraño ser, mitad gordito feliz y mitad ángel exterminador, que estos días está desconocido. Como todo goleador se alimenta de goles y sin ellos le adelgaza el alma, ya que no el cuerpo. Sin goles es un tipo triste e inquieto. Lleva 48 días sin marcar. Eso le tiene confundido.

No le pasa nada que no se cure con dos goles en Mestalla pero ¿será el día? Desde luego, la ocasión no es fácil. El Valencia se ha liberado de Ranieri y hacerlo ha sido como soltar un yunque. Le ha costado un pastón, pero ahora que el equipo ha vuelto a jugar como con Benítez el vil metal parece algo secundario. El partido atrae como un imán la atención de los aficionados, tanto más por cuanto que empezará nada más terminar el de El Sadar cuyo resultado, sea el que fuere, añadirá categoría e ingredientes al de Mestalla. Aimar ya afina su violín. Él ha salido ganando más que nadie con la marcha de Ranieri. La temporada está en pleno fragor.

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