Luxa lo ha fiado todo a la carta de la Juve

Vuelve la Champions, antes Copa deEuropa. Un respeto. Hace cincuenta años que empezó esto. Ahora que acabamos de votar sí a la Constitución Europea podemos recordar con cariño que unos visionarios pusieron en marcha este campeonato unos años antes de que se firmara el Tratado de Roma, base de lo que hoy vivimos. Aquella gente reunió los trozos de una Europa rota por la más terrible de las guerras y puso en marcha una ilusión que ha resultado hermosa y creciente. La vieja Copa de Europa creció y se multiplicó y hoy reclama su espacio en el calendario internacional. Y deja en segundo plano las competiciones nacionales.

En unos casos más que en otros, eso sí. El Barça tiene ante sí la inmensa amenaza del Chelsea, pero no distrajo ni a un solo titular en un partido relativamente menor, la visita del depauperado Mallorca. El Madrid tiene también un rival de aúpa, la Juve, y sí reservó titulares ante el Athletic, un rival emergente y en forma. Hasta tres galácticos se quedaron en el banquillo, con el agravante de que Roberto Carlos faltaba por tarjetas. Estamos resignados a que todos reserven titulares en la Copa, porque nadie la quiere, pero ¿en la Liga? Se entendería en el equipo que va delante, sobrado de puntos, pero nunca en el perseguidor, al que le faltan.

Quizá es que en el fondo Luxa esté resignado a que la Liga, que exige del esfuerzo constante, en casa y fuera, no es para este equipo. Quizá espere ya sólo de los suyos unos cuantos esfuerzos concretos, pocos, al estilo de los que ofrecía la Quinta de los Ferraris, que por ese camino ganó la Séptima. Jugadores grandes, pero cargados de años y de gloria, consentidos , reservones salvo alguna excepción, amantes del lucimiento y de las noches grandes. No es el caso del Barça, hambriento de todo lo que venga. Especialmente de la Liga, su eterna pelea con el Madrid. Luxa lo ha fiado todo a una carta difícil: la Juve. Mucho riesgo me parece.

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