Declaremos al penalti especie protegida

La temporada en curso ofrece menos penaltis señalados a estas alturas que cualquiera de las diez anteriores. Mirando en corto, llevamos 11 menos que hace un años, 25 menos que hace dos. El penalti va desapareciendo en España en la misma proporción en que crece la audacia de los defensas, que agarran o empujan cada vez más, del mismo modo que cada vez se van desentendiendo más del balón, que a veces ni miran, para dedicarse a manosear al delantero. A medida que se van viendo impunes encuentran más rentable esa actitud antifutbolística y antiestética, pero al tiempo extremadamente cómoda y útil para disimular sus carencias.

Así que tendremos que declarar el penalti especie protegida, pero ¿quién lo protegerá? ¿Alguien va a hacer algo por el destrozo de Turienzo en Sevilla? Por cierto que en esto de los descuidos a la hora de pitar penaltis también hay colores. Ayer les comentaba que a algunos les salía más caro y a otros más barato el penalti. Pues el saldo, ahora que empieza a avanzar la segunda vuelta, es extremadamente bueno para el Barça y el Athletic, a los que aún no se les ha señalado ninguno en contra. Es curioso, pero en estas cosas de la Federación uno siempre acaba dando con los mismos: con los del hecho diferencial y la justicia ordinaria.

Con los dos ojitos derechos de Villar, vamos. El equipo de Gurpegui, en el que él jugó, y el Barça que le dio la medalla de oro y brillantes por la liga de Tenerife y de García de Loza, el Barça indultado tras su gamberrada de abandonar la Copa ante el Atlético, el Barça para el que se prepara un nuevo indulto que llegará, de forma vergonzante, en verano, cuando estemos en las playas, donde baja la tensión. ¿Significa eso que los árbitros van instruidos? No. Sólo significa que tienen grabado en su subconsciente que si hay que equivocarse, mejor equivocarse como más agradará al jefe. Aunque sea mandando tres penaltis al limbo...

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