De galácticos a desahuciados

La llegada de Sacchi representa una esperanza de renovación para los madridistas, la sensación, esperemos que acertada, de que algo va a empezar a cambiar. Pero al tiempo, se quiera o no, convierte en provisional todo lo que hay, en mayor o menor medida, cuando todavía no ha transcurrido ni la mitad de la temporada, cuando todavía el equipo está en la Champions y en la Copa, cuando en la Liga tiene que pelear, si no por el primer puesto, sí por el segundo o en el peor de los casos por el cuarto. La llegada de Sacchi para planificar la temporada próxima convierte automáticamente al grupo actual en algo renovable y desechable.

Ya hay tres nombres sobre la mesa: Adriano, Robinho y Gerrard. Un tercio del equipo. También se manejan nombres de jugadores españoles para la parte de atrás. Se da por supuesto que Sacchi traerá otro entrenador, preferiblemente italiano, quizá en cuanto el equipo caiga de la Champions. La reconstrucción va a ocupar la atención el resto de la temporada. A las altas se unirá el morbo de las bajas: Roberto Carlos, Figo, Morientes, Solari, Celades, César, etcétera. La situación me recuerda a la que se produjo cuando Sanz echó a Valdano tras la derrota ante el Rayo y empezó la reconstrucción con Suker, Mijatovic y demás.

Es curioso cómo el grupo de galácticos ha devenido en menos de un año en un grupo desahuciado, en triste disolución, llamado a atravesar la temporada entre la indiferencia general, mientras las luces se dirigen al Barça y a sus sucesores. Todo por un mal verano, en el que se superpusieron estrategias, que dejó al Madrid con Woodgate, Samuel y Owen y sin Xabi Alonso, y al Barça con Etoo. Ahora toca hacer a mitad de temporada lo que tocó hacer el verano pasado más lo que tocaría hacer el próximo. Y el equipo jugando. Es como operar de dos cosas distintas a una persona y esperar que no falte al trabajo. Me temo el desastre.

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