El que tropieza y no cae avanza dos pasos

Llegó el alcalde citando a Confucio: "El que tropieza y no cae avanza dos pasos". Venía a cuento por el nuevo percance que ha sufrido la candidatura olímpica con el incidente del partido del domingo. Un eslabón más en una reciente cadena de contratiempos que nació en los gritos racistas, se prolongó con la jaimitada de Carod Rovira y con el sabotaje del puente de la Constitución que preparó ETA y culminó con esa escena que ha dado la vuelta al mundo de un Bernabéu vaciado apresuradamente por una amenaza de bomba sin bomba detrás. Sin embargo, en el encuentro que convocamos ayer en AS se respiraba optimismo.

Ese optimismo lo avala la respuesta del público anoche, regresando al estadio del que tuvo que salir apresuradamente, pero en orden y concierto. La necesidad del desalojo fue un contratiempo para la imagen de este país y de esta ciudad, pero la forma en que el estadio y la ciudadanía resistieron ese desafío único constituyeron por contra muestras de modernidad y de civismo que resultan argumentos favorables. Frente a todos los problemas, Madrid 2012 avanza y avanza bien, porque la candidatura es buena, la ciudad es buena, el país es bueno y el asunto está en buenas manos. Y las malas rachas tienen algo bueno: siempre terminan.

Reunimos, junto a los responsables de la candidatura, una pequeña pero representativa muestra de los deportistas de esta ciudad. Gente ejemplar en lo suyo, que ha hecho de apellidos tan de andar por casa como Casillas, Rodríguez, Moreno o Martínez apuntes de mito. Por ellos y por ellas, por todos esos jóvenes que hacen bien lo suyo, en el deporte o en cualquier actividad, merece esta ciudad que su candidatura no sufra más zancadillas. Y mientras, aplaudamos reacciones como la de ayer, ese retorno feliz al estadio, al fútbol, a la normalidad. Ese ejercicio de libertad y de solidaridad. Esa forma tan rápida de convertir una derrota en una victoria.

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