Recuérdenlo: ustedes son formidables

Estadio vacío, esqueleto de multitud, le leí una vez a Benedetti. Vacío quedó el Bernabéu anteayer, convertido en un silencio perplejo justo cuando se podrían estar viviendo, a gradas llenas, los minutos de descuento de un partido apasionante. El desconcierto de los primeros momentos llevó a la conclusión de que lo mejor era suspender el partido previsto para esta noche, Partido contra la Pobreza, conjunción de estrellas para ofrecer un bello espectáculo y dejar una recaudación benéfica. No es el momento, pensaron algunos. No hay humor, no hay ganas, no habrá público. Mejor dejarlo para otra ocasión, cuando hayamos pasado el trago.

Pero no. Una segunda reflexión permitió ayer por la mañana recuperar la fuerza y el optimismo. No puede ser que nos marque la agenda un majadero. No puede ser que las buenas gentes que gustan del fútbol, que las estrellas que estaban dispuestas a prestarse al acto, tengan que dar el paso atrás por la triste ocurrencia de no se sabe quién, a quien Dios guarde, pero lejos de nosotros. El Madrid, con buen criterio, se involucró, recogió la iniciativa de sus jugadores Ronaldo y Zidane y le ha dado nuevo impulso a la iniciativa. El fútbol merece un desagravio, el público de Madrid merece un desagravio, el Bernabéu merece un desagravio.

Y la finalidad del partido no puede ser mejor. Ustedes son formidables era el título de un célebre programa de Radio Madrid, muchos años ha, que se especializó en recaudaciones de urgencia para actos benéficos. Para el partido de esta noche la entrada es gratuita, porque tras lo que ha pasado resulta importante llenar el estadio, pero se admite, se ruega, el donativo que permita que el encuentro cubra el fin para el que fue concebido, y que ahora se refuerza con ese otro: regresar al estadio cuanto antes, reclamar nuestro derecho a disfrutar del fútbol en compañía, de rellenar con una multitud ese esqueleto. Recuérdenlo: ustedes son formidables.

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