El cuarto gran premio español

Venir a Estoril es hacerlo al cuarto gran premio español. Hay tanta presencia de aficionados apoyando a nuestros chicos que parece que estamos tan en casa como cuando corremos en Jerez, Montmeló o Valencia. Además, para mí este circuito es muy especial: fue aquí donde mi hijo Pablo me regaló uno de los días más felices de mi vida con su primera victoria mundialista. Y lo mejor del caso es que, como hace un año, seguimos teniendo opciones al triunfo en cada una de las categorías. Encuentro fortísimo a Pedrosa, pero tampoco perdería de vista a Toni Elías (mucho mejor que en las anteriores pruebas) ni a Fonsi. En 125cc la igualdad también nos permite aspirar a todo, mientras que en MotoGP me gusta que Tamada y Barros puedan estar en la pomada, porque eso debe favorecer las opciones al título mundial de Sete ante Rossi.

Otra particularidad de este gran premio es que el mercado de pilotos parece estar al rojo. Tranquilos. Digo parece porque todavía deberá pasar algo de tiempo hasta que los fichajes realmente se concreten, para que sean algo más que rumores o algo así como órdagos que lanzan unos y otros. Todos buscan un hueco para el año que viene, tienen contactos, se dejan querer, hacen insinuaciones e incluso cuentan mentirijillas para obtener ventaja sobre sus competidores. Pero aún es pronto para saber dónde acabará cada uno en 2005. Lo importante es que los protagonistas no se descentren con tanto lío. Por suerte, a diferencia de la época en la que yo corría, ahora casi todos los pilotos tienen un mánager que se encarga de estos asuntos. Así, ellos pueden dedicarse a darle al mango, que es lo que tienen que hacer. Todavía quedan muchas carreras....

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