Echamos de menos a Óscar Freire

Ayer la buena noticia de la etapa fue que salimos bien parados en un día complicado debido a la lluvia y a las caídas. Los grandes líderes, conscientes del peligro, se dedicaron a estar en punta. Tanto a Armstrong como a Iban Mayo se les vio muy arropados por sus respectivos equipos. Estar arriba en la carrera es una condición indispensable si se quiere estar con los mejores. Pero tiene su contrapartida: el desgaste extraordinario de tensión y de fuerza que tienen que invertir los corredores. En este apartado todos los favoritos superaron la primera dificultad de este Tour con éxito. El que salió peor parado fue Óscar Sevilla, que no pudo eludir las caídas. Es lo que tienen estas primeras etapas en las que los rodadores, auténticos cazadores de etapas, en su empeño por conseguir su objetivo salen del grupo sin mirar si te pueden enganchar con su rueda y arrastrarte por el suelo.

Al final, el triunfo fue para un velocista como Kirsipuu. Sorprendió la ausencia de Petacchi, octavo, en la pomada del sprint. Su equipo, el Fassa, ha estado en dos frentes: el trabajo con las bonificaciones para conservar el maillot amarillo y el trabajo para echar las escapadas abajo. Así que a la hora de lanzar a Petacchi, al equipo ya no le quedaban fuerzas. En la línea de meta echamos de menos a un Óscar Freire luchando con los mejores sprinters. Su presencia en este Tour, hubiera animado estas etapas. Hoy el riesgo se mantiene. Se anuncian lluvias y los tramos de pavés situados en carreteras estrechas pueden complicar la vida a más de uno. Jornada, así pues, de máxima tensión.

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