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F1

El fracaso de dos campeones que compromete su futuro

Los franceses unen la crisis institucional a sus malos resultados en 2019 y los británicos subsisten cerrando todas las parrillas de esta temporada.

Abu Dabi
Daniel Ricciardo (Renault) y George Russell (Williams) en Spa.
Dan IstiteneGetty Images

Yas Marina despide el Mundial de F1. 21 carreras después, algunas cosas cambiaron: Mercedes dejó de hacer dobletes, Ferrari al fin pudo ganar, Red Bull Honda también, igual que McLaren regresó al podio. Otras, sin embargo, fueron tendencia durante toda la temporada 2019: Williams cerró todas las clasificaciones y Renault consumó su paso atrás. Si Hamilton y su escudería son los grandes ganadores, la histórica firma de Sir Frank y el fabricante francés salen muy perjudicados.

Abiteboul, al frente del departamento de competición de Renault, está ahora en entredicho porque las críticas empiezan a señalarle tras cuatro temporadas sin progresos. En los últimos meses ha puesto patas arriba el departamento de aerodinámica y también cambia por completo su estrategia de pilotos desvinculándose de Hulkenberg, a quien eligieron para liderar el proyecto.

Por el camino se habrán quedado Nico, Magnussen, Palmer o Sainz y ahora regresará Ocon junto a Ricciardo, que está cada vez menos convencido. Y a la crisis deportiva, se une la institucional: su expresidente, el brasileño Carlos Ghosn, ha sido detenido bajo acusaciones de malversación de fondos e irregularidades fiscales y la nueva presidenta, Clotilde Delbos, admite que se revisarán las inversiones en competición.

En cuanto a Williams, su situación es aún más delicada. Su subsistencia pasa por los patrocinios que aportan sus pilotos: de Lawrence Stroll y el capital ruso de Sirotkin se pasó a los anunciantes polacos de Kubica, más el alivio económico que haya permitido Mercedes por alinear a Russell. En 2020 sus dos pilotos serán el británico y Latifi, que tiene muchas novias y soporte financiero. Su padre es uno de los accionistas importantes de McLaren. En la casa de Grove, que ahora dirige Claire Williams, hay mucho que solucionar. Y da la impresión de que las de Williams no se solucionan ni siquiera con una buena pretemporada.