¿Por qué se llama Fórmula 1?
El certamen nació en 1950 y los coches debían cumplir con una fórmula basada en el peso, la cilindrada, el consumo y la potencia.
El 14 de abril de 2019 se celebrará en el circuito chino de Shanghái el gran premio número 1.000 de Fórmula 1. Importante efeméride para un campeonato que el próximo año cumplirá la friolera de 70 temporadas ininterrumpidas de competición. 72 trazados, 34 países, más de 1.000 pilotos participantes, 33 campeones, 205 constructores, 86 motoristas... números grandiosos de un certamen que nació en 1950 como respuesta y rivalidad a la creación del Mundial de motociclismo en 1949.
Sin embargo... ¿alguna vez se ha preguntado por qué se llama Fórmula 1? Unos apuntes antes de resolver la curiosa incógnita. 1894 vio la primera carrera de coches, 1906 el primer gran premio y en 1924 se constituyó la Asociación Internacional de Clubes de Automóviles Reconocidos (AIACR). El automovilismo iba viento en popa, pero un suceso paralizó todo: la Segunda Guerra Mundial.
A su fin, tocaba revitalizar el mundo del automovilismo y buscar reglamentos comunes para homogeneizar todo. La AIACR se transformó en 1947 en la FIA y este nuevo organismo decidió unificar los grandes premios en un único campeonato estableciendo las normas para la creación de un Mundial, que vio su estreno con el GP de Gran Bretaña de 1950, disputado el 13 de mayo en Silverstone y que venció el italiano Farina con Alfa Romeo.
¿Y el nombre? Los monoplazas que fueran a participar debían seguir y cumplir una fórmula relacionada con las especificaciones técnicas del automóvil: peso, cilindrada, consumo y potencia. Así de simple. Por supuesto, y con la firme intención de publicitar el campeonato como el mejor disputado hasta entonces, no podía unirse a otro número que no fuera el 1. Y así nació la F1 que sigue vigente hasta ahora.